RIVIERA BLUMEN: NUESTRO PAPEL ANTE EL PROBLEMA DE SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL EN LA PLASTICULTURA.

Acciones clave llevadas a cabo por Riviera Blumen para hacer frente a la gestión de los residuos procedente de plásticos agrícolas

En el mundo actual, es evidente que uno de los problemas a corto-medio plazo más graves y que determinarán nuestro futuro en este planeta es el cambio climático. Este problema requiere de la intervención humana y sus acciones para hacer frente a los cambios de la dinámica planetaria, ocasionados en su mayor parte por la acción del hombre y el avance de la era moderna, donde lo que prima es el beneficio económico por encima de todo.

En el marco del cambio climático se engloba el término sostenibilidad ambiental, que simplemente se refiere al equilibrio entre una especie y los recursos de su entorno para mantener un equilibrio en el transcurso del tiempo.

Parece claro que en la actualidad, este equilibrio ha desaparecido totalmente, ya que la humanidad consume los recursos del planeta muy por encima de su capacidad de regeneración. Además, generamos residuos que no solo dañan el ecosistema, sino que también entorpecen esta capacidad regenerativa que tiene nuestro planeta.

En los últimos años, un problema que se ha agravado enormemente es la generación de residuos derivados de la plasticultura, con especial prevalencia en los plásticos de cubierta de invernadero.

Desde el año 2018, países como China, Pakistán y Turquía han dejado de importar de nuestro país material reciclado procedente de cubiertas de invernadero. Esto se ha traducido en un incremento de estos materiales en las ramblas y caminos de todo el sur de la península. Estos desechos, son arrastrados por las lluvias y van a parar como destino final al mar. Por otra parte, debido al proceso de degradación que sufren estos plásticos por la acción solar, se generan micro plásticos, cuyo final también acaba siendo el medio marino,  pasando a formar parte de la cadena trófica, para acabar siendo consumidos por los seres humanos, derivando en todo tipo de enfermedades metabólicas ocasionadas por estos disruptores endocrinos. 

Por su parte, toda la rama jerárquica de la política española hace oídos sordos a estos problemas. Desde los gobiernos locales, que no recogen ni un 10% de los desechos, dejando una imagen deplorable de una de las zonas más bonitas de la península; hasta el gobierno actual el cuál centra su atención en riñas con la oposición y deja de lado su agenda ambiental, cuando ésta necesita de una revisión importante de sus prioridades.

Ya que las leyes actuales no castigan en el grado necesario la mala gestión de los residuos procedente de la plasticultura (tanto el reciclaje sin regulación, como la eliminación ilegal de los mismos), se creyó necesario, entre todos los productores de plástico de invernadero, la creación de un sistema de gestión de residuos, el MAPLA , al cual Riviera Blumen pertenece y que  ya está trabajando para que cualquier agricultor pueda solicitar sus servicios de recogida y gestión de los plásticos de cubierta que ha cambiado.  Sin embargo, en última estancia se necesitará una ayuda por parte de las administraciones, mediante una ley que obligue a la correcta gestión de los residuos y que castigue de forma adecuada la eliminación ilegal de los mismos.

Para finalizar, se cree necesario apuntar que los productores de film de cubierta de invernadero tienen un papel  primordial en el anteriormente mencionado problema de los micro plásticos. La producción de estos micros plásticos se ve incrementada cuando la formulación del film de invernadero es pobre. Esto quiere decir que, a fin de abaratar costes, se reducen aquellos aditivos más caros como es el EVA, metaloceno o benzofenona, por ejemplo. Estos aditivos se utilizan, entre otras funciones, para cohesionar el polietileno, el principal componente de estos plásticos. Por tanto, con una formulación deficitaria en estos aditivos, el film se degradará por la luz solar con mucha más facilidad una vez haya sido retirado del invernadero (o incluso antes).

Es por ello que Riviera Blumen, en su compromiso por la sostenibilidad ambiental, se asegura de que todos sus plásticos cuenten con los niveles óptimos de aditivos. De esta forma, el plástico aguanta sin desgranarse durante muchos meses, hasta su recogida. Esto es algo que sus clientes seguro que han podido notar a la hora de cambiar el plástico de invernadero, y es que el plástico te da un periodo de seguridad desde que comienza a degradarse hasta que es necesario su cambio. Esto no ocurre con otros fabricantes, en los que una vez notas la primera rotura, apenas te da tiempo a cambiar el material sin que todo se degrade de forma abrupta.